En este año de la vida consagrada, nosotras, junioras de la provincia Argentina junto a nuestra Superiora Bianca hemos realizado un encuentro para reflexionar sobre nuestro ser consagradas, para rezar, compartir y enriquecernos espiritualmente y así poder renovar nuestra entrega a Jesús.
Es esta una ocasión en la que nos hemos sentido convocadas a participar vivamente e un encuentro especial con nuestro esposo Jesús, como así también entre nosotras. Creemos que es el momento para mirar en profundidad los objetivos y desafíos que el Espíritu Santo, a través de nuestro Santo Padre nos propone, y que se transformaran con la ayuda de la gracia, en metas a alcanzar a lo largo de nuestra vida como consagradas, y más aun en este año a ella dedicada.Con 3 objetivos a alcanzar:
1. Mirar el pasado con gratitud
2. Vivir el presente con pasión
3. Abrazar el futuro con esperanza
Con 5 desafios a afrontar:
• “donde están los religiosos hay alegría”, que entre nosotros no se vean caras tristes, personas desanimadas, insatisfecheas, porque “una sequela triste es una triste sequela”
• “…despierten al mundo...” porque la nota que caracteriza a la vida consagrada es la profesia
• los religiosos y las religiosas, a la par de las otras personas consagradas, son llamadas a ser “expertos en comunión”
• salir de sí mismos para ir hacia las periferias existenciales. “Id por todo el mundo”
• espero que cada forma de vida consagrada se interrogue sobre aquello que Dios y la humanidad de hoy nos pide.
Son estos los desafios que pueden transformar este año en un nuevo kayros, un tiempo de Dios rico de gracias y tranformaciones, que va fructificando con la vida y la oracion común, la sobriedad, la simplicidad, la sinceridad y la vigilancia sobre nosotras mismas, la humildad d vivir en constante conversión.
Llamadas y elegidas por Dios para ser en el mundo luz, alegría. Paz, amor… ¡arremanguémonos!
No nos dejemos vencer por el sueño, por la mediocridad, por la autosuficiencia, por el acomodo y por una vida quieta, que no sabe esperar, desear y buscar.
Mantengamos la vida en nosotras, digamos al mundo que ser consagrados a Dios es un “don” “una alegría” y “una gracia inmerecida”
Demos en todo momento testimonio del anuncio evangélico: “primeriar en la caridad”, involucrarnos, saber acompañar y así poder fructificar y festejar el ser “Cosa de Dios” que “solo a él le pertenecemos”.
Llegando a la casa del Noviciado en San Miguel...
Sor Laura, Sor Claudia, Superiora Sor Bianca, padre Juan Carlos Gil,
Sor Adriana, Sor Cecilia y Sor Yohana.
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